Gambito de dama
- By: Elena
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Gambito de Dama, de Walter Tevis
Alfaguara | 2021 | 320 páginas | Adaptada con gran éxito por Netflix
#Heroínas #Ajedrez #Adicción
«…sentada ante el tablero que había comprado en Purcell en Kentucky estaba en realidad ante un abismo, sostenida solo por el extraño equipamiento mental que la había dotado para este elegante y mortal juego. En el tablero había peligro por todas partes. No se podía descansar.»
Desde su primera publicación en 1983, esta novela se convirtió en un libro de culto para ajedrecistas en particular y amantes de la gran novela americana en general. Beth Harmon es ya un icono en la mente de los millones de fans de Gambito de dama: huérfana, solitaria, politoxicómana, competitiva, frágil, genial. Una Mozart del ajedrez cuya inteligencia le brinda tantos éxitos como problemas.
Muchos lectores nos lanzamos a leer Gambito de dama después de ver la exitosa adaptación de Netflix, visionada por más de 62 millones de hogares durante sus primeros 28 días en la plataforma. Hace solo una semana, su triunfo en los Globos de Oro (en las categorías de mejor serie limitada y mejor actriz de miniserie para Anya Taylor-Joy) llevó a un aluvión de titulares no demasiado originales a proclamar «el jaque mate» de esta producción en el panorama seriéfilo.
La glamurosa y casi artificiosa elegancia de la puesta en escena de la serie desentona un poco con el estilo depurado, práctico y carente de adornos de Walter Tevis. La actuación hechizante de Anya Taylor-Joy como Beth Harmon, aunque innecesariamente convertida en una reina del street style en la ficción, sí consigue captar el espíritu de la protagonista y principal atractivo del libro: en ocasiones fría y distante, en otras superada por sus impulsos, a veces feroz hasta la crueldad y otras veces increíblemente vulnerable… El lector se identifica enseguida con el personaje, aunque probablemente tenga poco en común con ella, y disfruta asomándose a su mente y viviendo a través de ella la fascinación por el ajedrez incluso si este deporte nunca le había interesado antes.
Algunas de las descripciones de las partidas se llegan a hacer pesadas para quienes sabemos poco del juego, que probablemente seamos la mayoría de nosotros (en ese sentido, la serie juega con ventaja y consigue hacer más dramáticas y fáciles de comprender las jugadas), pero eso no debería desanimar a nadie de comenzar el libro: Walter Tevis consigue que nos zambullamos en el ajedrez y nos quedemos en vilo con cada pieza que se mueve por el tablero, pese a que en el fondo no nos estemos enterando de nada. El aprendizaje y desarrollo personal de Beth, las relaciones humanas que retrata el libro y el vistazo que nos permite echar a la época y la sociedad en las que se inserta la historia también son claves del triunfo de Gambito de dama.
La obra aborda además temas complejos sin esconderse, sin romantizar, sin moralizar: las adicciones de Beth (a los calmantes, al alcohol y sí, también al ajedrez) construyen una tensión a lo largo de la novela paralela a la de las competiciones, y ayuda a humanizar a la protagonista. El libro además no cae en el recurso fácil que sí utiliza la serie (ojo, pequeño spoiler) de achacar las debilidades de Beth a sus problemas de abuso de sustancias: cuando se enfrenta en París contra su adversario más temido, Borgov, no lo hace con una resaca asesina, sino tras haber dormido «maravillosamente» y sintiéndose «confiada, fuerte y preparada», y consigue jugar «su mejor ajedrez». Y, aun así, pierde. Eso lo hace mucho más devastador.
Tanto si te has enganchado a la serie (en general es una adaptación muy fiel, hasta el punto de hacernos sentir déjà vu durante la lectura: muchos diálogos son calcos de los del libro o del monólogo interior de Beth) como si no la has visto pero disfrutas con un personaje redondo, una trama original y un estilo narrativo claro y calculado como una jugada magistral de ajedrez, Gambito de dama merece ser el próximo libro en tu mesilla de noche.









Te gustará si…
Si te gustan las protagonistas que se salen de la norma, tan geniales como imperfectas, que se te quedan grabadas en el recuerdo por su singularidad.

Elena
Mis cosas: dramas de época 🎬, libros 📚, demasiado café ☕ y siestas que te dejan más cansadx que antes 😴.