Estaré sola y sin fiesta
- By: Elena
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Estaré sola y sin fiesta, de Sara Barquinero
Lumen | 2021 | 304 páginas
#Obsesión #Amor #Melancolía
«…Yna no tiene por qué estar muerta. Eso hace que no pueda averiguar nada sobre ella ahora, solo fantasear, jugar a dibujarle pasados y posibilidades incomprobables que no pueden tranquilizarla, que la obligan a seguir investigando. Y eso la delata, […] pues lleva a la pregunta necesaria del porqué, por qué ese interés en Yna, Debra o Alejandro…»
¿Quién es Yna? ¿Por qué su diario íntimo, crónica de su enamoramiento de Alejandro en 1990, ha aparecido en un contenedor de Zaragoza? La protagonista de Estaré sola y sin fiesta no puede evitar hacerse estas preguntas cuando encuentra el viejo cuaderno manuscrito de Yna. Hay algo en la prosa sencilla de esa desconocida que la empuja a querer saber más. Su historia tiene una fuerza contagiosa que, a pesar de la distancia, la obliga a pensar en sí misma, hasta el punto de dejar toda su vida en pausa para dar comienzo a una investigación que la llevará a Bilbao, Barcelona, Salou, Peñíscola y, finalmente, de vuelta a Zaragoza. ¿Es cierto que nadie fue al cumpleaños de Yna el 11 de mayo de 1990? ¿Tiene sentido que el amor de su vida nunca la llamara? ¿A qué respondía esa gran obsesión romántica? ¿Y dónde estarán ahora sus protagonistas? ¿Seguirán vivos?
En ocasiones pienso que algunas estrategias de promoción le hacen más mal que bien a un libro. Ese es definitivamente el caso de Estaré sola y sin fiesta, descrito por la editorial como «un regreso a la novela filosófica sin renunciar al pulso vertiginoso» con «ecos de Roberto Bolaño y Julio Cortázar»… Y, la verdad, no.
Quizá si no hubiera sido ensalzada de una manera tan exagerada no habría encontrado esta novela tan decepcionante, porque no es que no cuente con puntos a favor: es una obra notablemente madura para una autora novel y tan joven, está bien escrita y propone algunas reflexiones interesantes sobre la manera disfuncional que tenemos de relacionarnos entre nosotros a través del sexo y las relaciones afectivas y familiares.
La historia se basa en un hecho real que vivió la autora, el hallazgo de un diario personal en la basura, cuyas páginas aparecen reproducidas en Estaré sola y sin fiesta. Sara Barquinero imagina una historia en torno a esas páginas manuscritas en las que una misteriosa mujer que se hace llamar Yna se lamenta por un amor no correspondido. La protagonista de la novela (como lo hizo la propia Sara, aunque sin llegar a los mismos extremos) se decide a descubrir la identidad y los porqués de las personas inmortalizadas en el cuaderno.
Un punto de partida prometedor, aunque la búsqueda de la protagonista —si no me equivoco no se la nombra en todo el libro— pronto se revela como una compulsiva maniobra de escapismo de sus propias relaciones interpersonales fallidas, su melancolía o la insatisfacción que permea su vida. De la misma manera, la truncada historia de amor que le sirve de motivación al final se queda en poco más que la obsesión autocompasiva de un alma solitaria.
El tono del libro es bastante pesimista, y cae en algunos de los tópicos de la literatura millennial que me exasperan y ya mencioné en la reseña de Asylum Road: egocentrismo, nihilismo, neurosis… La protagonista no es un personaje con el que haya empatizado a pesar de que sus circunstancias, desde su edad hasta su periplo desde una ciudad de provincias hasta Madrid, se parecen bastante a las mías (y a las de, supongo, gran parte de la audiencia objetivo de Estaré sola y sin fiesta).
Aun con todo, es un debut literario prometedor y una historia con la suficiente tensión, narrativa y emotiva, como para mantenerte enganchado y llevarte a reflexionar sobre cómo nos proyectamos sobre los demás y porqué nos fascina como lo hace soñar con vidas ajenas.
Te gustará si…
Compartes la curiosidad de la protagonista por las historias de amor y desamor, sueños y decepciones que se ocultan detrás de otras personas.

Elena
Mis cosas: dramas de época 🎬, libros 📚, demasiado café ☕ y siestas que te dejan más cansadx que antes 😴.