El Duque y yo (Bridgerton 1)
- By: Elena
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El Duque y yo, de Julia Quinn
Editorial Titania | 2021 | 320 páginas
#Romance #Aristocracia #Regencia
«… sentía algo más. Algo cálido y terrible, algo triunfante y maravilloso. Era emoción, pura y dura, una extraña mezcla de alivio, alegría, deseo y miedo. Y él, que se había pasado gran parte de su vida evitando tales sentimientos, no sabía qué hacer con ellos.
Miró a Daphne.
– ¿Estás segura? -le preguntó, casi en un suspiro.
Ella asintió.
– Tú lo vales.»
Todos parecían divertirse en aquel baile que reunía a lo más selecto de la sociedad londinense. Todos, excepto ellos dos. Daphne, una hermosa joven agobiada por su madre, y Simon, el huraño nuevo duque de Hastings, tenían el mismo problema: la continua presión para que encontraran pareja. Al conocerse, se les ocurrió el plan perfecto: fingir un compromiso que los liberara de más agobios.
Los Bridgerton fue el fenómeno de estas Navidades en Netflix, donde ha recibido más de 82 millones de visitas según los últimos datos de la plataforma (del 31 de enero) y se ha convertido en el mayor éxito de su historia. Quienes hayan caído rendidos a su visión modernizada y sin complejos de una historia de amor «austensiana» están de enhorabuena: la temporada es la adaptación de tan solo el primero de una serie de ocho libros, la saga Bridgerton de Julia Quinn.
Este primer volumen, El Duque y yo, fue tal éxito de ventas que la autora amplió lo que había proyectado como una trilogía para dedicar un tomo a cada hermano de la familia titular. Julia Quinn es en realidad el seudónimo de Julie Pottinger, quien (como quizá te sorprenderá saber) es estadounidense, nacida y crecida en Nueva York. Pero el encanto idealizado del período de la Regencia en Reino Unido lo hacen ideal para el género romántico, y Quinn decidió escoger esta época y localización para ambientar sus libros.
De este combo de autora neoyorquina contemporánea y clase alta inglesa del siglo XVIII nace uno de los aspectos más flojos de la obra: el pastiche narrativo que hace la autora entre la forma de hablar de la época y un estilo más moderno que enganche a la audiencia no suena demasiado auténtico. Muchas de las actitudes de los personajes también resultan por turnos anacrónicamente modernas o frustrantemente anticuadas, especialmente en lo relativo a nociones de sexualidad y consentimiento.
La adaptación de Netflix, por otra parte, potencia y abraza sin complejos los anacronismos. Al dejar de lado las limitaciones que impondría representar de forma realista las dinámicas de género, raza o clase del momento, la serie puede contar con un reparto más diverso o reflejar una idea más contemporánea de las relaciones de pareja. Y funciona: en este caso, esta descarada licencia artística convence más que el ni pa ti ni pa mí en el que cae el libro.
El otro gran fallo del Duque y yo es el tono, que cambia constantemente. Parece que la autora no tuviera claro quién es su audiencia: en ocasiones el humor es bastante infantil, más indicado para un público juvenil; de repente cambia a una tórrida escena de sexo que iría más bien dirigida a lectores adultos, y otras veces adopta un tono más dramático e introspectivo y todo se vuelve mucho más serio. Cada uno podría funcionar por sí solo, pero los bandazos entre traumas de infancia-chascarrillos burgueses-fantasías eróticas son un poco desconcertantes.
Aunque al final El Duque y yo cumple con lo que muchos lectores esperan del género romántico: una lectura que engancha rápidamente, personajes carismáticos, intrigas familiares, una historia de amor con final feliz y una buena dosis de escapismo. Pero en este caso y sin que sirva de precedente el ganador es la adaptación televisiva por goleada: visualmente preciosa y llena de gente guapa, sí, pero también más arriesgada y moderna que otras series de época y con un mayor equilibrio entre las dosis de humor, culebrón y pasión que la novela original.









Te gustará si…
Sientes curiosidad por descubrir de dónde surge el fenómeno de Netflix y te gusta perderte en historias de amor, enredos y clases ambientada en un lugar y una época tan evocadores como el período de la Regencia de Reino Unido.

Elena
Mis cosas: dramas de época 🎬, libros 📚, demasiado café ☕ y siestas que te dejan más cansadx que antes 😴.