Canción dulce
- By: Elena
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Canción dulce, de Leïla Slimani
Cabaret Voltaire | 2017 | 288 páginas | Ganadora del Premio Goncourt
#Thriller #Psicológico #Niñera
«Los vecinos se han agolpado a la entrada del edificio. Mujeres más que nada. Observan la ambulancia, con los ojos cuajados de lágrimas. Lloran y quieren enterarse. Se alzan de puntillas. Intentan distinguir lo que ocurre tras el cordón policial, dentro de la ambulancia que ha arrancado con las sirenas a todo volumen. Se susurran información al oído. Ya corre el rumor.
Ha sucedido una desgracia a los niños.»
Myriam, madre de dos niños, decide reemprender su actividad laboral en un bufete de abogados a pesar de las reticencias de su marido. Tras un minucioso proceso de selección para encontrar una niñera, se deciden por Louise, que rápidamente conquista el corazón de los niños y se convierte en una figura imprescindible en el hogar. Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama.
Canción dulce te roba el aliento desde el primer momento. Tan solo en las primeras páginas, que comienzan por el final de la historia, te enfrenta a un suceso terrible: el asesinato de dos niños a manos de su niñera. Tras sobrecogerte con la descripción cruda y sin adornos de la escena del crimen, la novela retrocederá hasta el comienzo de la historia, el momento en el que Paul y Myriam Massé confían a sus pequeños al cuidado de Louise, una profesional con excelentes referencias y aparentemente perfecta. A partir de ahí e intercalando episodios relativos al pasado de Louise, irá reconstruyendo los acontecimientos y arrojando luz sobre los pasos que conducen a los personajes al trágico desenlace.
La escritora francomarroquí Leïla Slimani se inspiró en un suceso real que tuvo lugar en Nueva York. Como ella misma cuenta, con esta obra se propuso narrar, que no resolver, el misterio en torno a la motivación detrás de un asesinato así. Canción dulce no justifica las acciones de su protagonista, y apenas sí las explica: en el lento camino a la locura de Louise llega un momento en que la paranoia se lleva por delante toda lógica y el lector, que ha llegado a empatizar con el personaje, asiste a su ruptura total con la realidad.
Aunque Canción dulce merece ser descrita como un thriller por el clima agobiante de suspense que consigue crear, se trata de una obra de ritmo reposado y alejada de adornos efectistas. Las sombras que acechan en la mente de Louise se nos van mostrando poco a poco. El hogar, donde se concentra gran parte de la acción, pasa de ser algo íntimo y protector a un escenario lleno de sospechas. Conocer el final desde el comienzo de la lectura genera una tensión constante que empaña las escenas en apariencia idílicas con las que arranca la historia. Solo puedes pasar las páginas angustiado, capaz de leer una amenaza que los personajes no ven en los gestos, los pensamientos, los retazos del pasado de Louise que se irán revelando.
La obra aborda temas incómodos: el clasismo, las relaciones de poder en el seno de la familia, las fronteras entre la vida doméstica y la profesional, la maternidad, la misoginia… Todos ellos han jugado un papel en el desarrollo del personaje de Louise, atrapada desde su infancia en la red que forman los prejuicios de clase y de género. Dedicada al rol tradicionalmente femenino de cuidadora, pero desde una posición de inferioridad como empleada de servicio, Louise ha llegado a ser deshumanizada (uno de sus empleadores intenta obligarla a practicarse un aborto para que pueda seguir trabajando para él) y a interiorizar la servidumbre de una manera que termina por pasar factura a su salud mental.
Pero el mayor mal que afronta Louise es la soledad, y la desesperanza que viene con ella. Asediada por las deudas que dejó su marido y frustrada por la vida de comodidades a la que se asoma con su trabajo pero a la que nunca tendrá derecho, empezará a aferrarse a la familia Massé con desesperación. Intentará hacerse imprescindible. La codependencia que se empieza a forjar desde el principio de su relación con la familia, y las enormes e insalvables brechas que existen al mismo tiempo entre ellas, son un buen reflejo de la sociedad actual y de la diferencia de oportunidades que nos condiciona cada día.
Este thriller psicológico le valió a Leïla Slimani en 2016 el Premio Goncourt, quizá el más prestigioso en lengua francesa, así como el Premio de las Lectoras de Elle en 2017. También fue llevada al cine en 2019 por la directora Lucie Borleteau, en una adaptación bastante fiel. La actriz que da vida a Louise (Karin Viard) consigue transmitir muy bien ese algo inquietante que se esconde tras la apariencia dulce del personaje, lo que le mereció una nominación al César a mejor actriz. Si te gusta el cine francés, ¡aquí puedes ver el tráiler!
Te gustará si…
Tienes el valor de seguir el descenso a la locura de un personaje que te inquieta y con el que empatizas a un tiempo, sabiendo de antemano el terrible desenlace que te aguarda…

Elena
Mis cosas: dramas de época 🎬, libros 📚, demasiado café ☕ y siestas que te dejan más cansadx que antes 😴.